Seguridad física del transporte

Un elemento importante de la labor del OIEA es prestar asistencia a sus Estados Miembros en la seguridad física de los materiales nucleares y otros materiales radiactivos durante el transporte. Mientras que el objetivo de la seguridad tecnológica durante el transporte es proteger a la población del contenido radiactivo de un bulto, el de la seguridad física durante el transporte es proteger los materiales nucleares y otros materiales radiactivos con cerraduras, precintos y otras tecnologías y métodos que garanticen que no caigan en las manos equivocadas.

Esos materiales se expiden nacional e internacionalmente por carretera, ferrocarril, vía marítima, aérea y vías navegables interiores para su aplicación en la medicina y la salud, la agricultura, la energía nucleoeléctrica y la investigación científica avanzada. El OIEA calcula que cada año se transportan 20 millones de remesas de materiales radiactivos. Por consiguiente, la demanda de seguridad física en el transporte es igualmente considerable.

El OIEA ayuda a los Estados a elaborar su régimen de protección física para el transporte de materiales nucleares y otros materiales radiactivos con el fin de proteger a las personas, los bienes y el medio ambiente contra actos dolosos, como por ejemplo, la interceptación de un bulto radiactivo o un acto de sabotaje durante el transporte.

Los aspectos relativos a la seguridad tecnológica y física del transporte de materiales radiactivos deben abordarse de manera concertada para que estén en conformidad con las reglamentaciones de transporte, así como con otras normas de seguridad tecnológica y orientaciones de seguridad física nuclear del OIEA.

El Organismo y sus Estados Miembros han elaborado recomendaciones y orientaciones con fines de seguridad física, que se actualizan y revisan periódicamente. En esos documentos se informa a los Estados Miembros sobre la forma de diseñar y aplicar un sistema de seguridad física del transporte robusto y sostenible. En el marco de esa labor, el OIEA presta especial atención al requisito de que las medidas sobre seguridad física no pongan en peligro la seguridad tecnológica, y viceversa.