Un grupo de expertos costarricenses ha demostrado que, gracias a una pequeña avispa y a la tecnología nuclear, se puede controlar la mosca de los establos, una plaga que está causando daños a los productores de piña y los ganaderos de Costa Rica y de otros países. El proyecto piloto contó con el apoyo del OIEA y de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
La mosca de los establos, cuyo tamaño es similar al de la mosca común, muerde y causa estrés en el ganado al que ataca, provocando anemia, pérdida de peso y un descenso en la producción de leche. Se cría, entre otros lugares, en los rastrojos de la piña, abundantes en Costa Rica al ser el principal productor de piña del mundo.
“La plaga tiene un impacto económico, porque está afectando la salud del ganado; social, porque la población echa la culpa a los productores de piña; y ambiental, porque los productores de piña cada vez aplican más pesticidas y ponen trampas de plástico para controlarla”, dice Arturo Solórzano, entomólogo del Instituto Nacional de Innovación y Transferencia en Tecnología Agropecuaria (INTA) de Costa Rica.
La solución que ha hallado el INTA para controlar esta mosca es sencilla: una avispa. Este hallazgo es el resultado de los estudios realizados en materia de gestión zonal de plagas de insectos, un enfoque que a menudo incluye el uso de la radiación para esterilizar los insectos antes de soltarlos. En este caso, otra aplicación nuclear demostró ser más eficaz.