You are here

Costa Rica prepara el terreno para una agricultura climáticamente inteligente

Artículo del Boletín del OIEA
,

(Vídeo: Svetlomir Slavchev/OIEA)

Mientras que el Índice de Felicidad del Planeta sitúa a Costa Rica a la cabeza a escala mundial en cuanto a prácticas respetuosas con el medio ambiente, el país también es el principal productor mundial de piña, cuyo cultivo requiere grandes dosis de fertilizantes. Con la ayuda del OIEA y de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), expertos de Costa Rica están estudiando la posibilidad de utilizar la tecnología nuclear para ayudar a los productores a cultivar esta fruta y otros cultivos de una manera más eficiente y ecológica. Para ello, están llevando a cabo pruebas a fin de determinar de qué manera un nuevo tipo de aditivo del suelo podría contribuir a reducir el uso de plaguicidas y fertilizantes, así como las emisiones de gases de efecto invernadero.

“La mayoría de los productores aplican más fertilizantes y más plaguicidas de los que realmente necesita la planta, y una gran parte se pierde en la atmósfera en forma de gases de efecto invernadero o contamina los ríos y las aguas subterráneas”, dice Cristina Chinchilla, agrónoma del Centro de Investigación en Contaminación Ambiental (CICA) de la Universidad de Costa Rica.

Expertos del CICA trabajan con el OIEA y la FAO para usar biocarbón, un material rico en carbono fabricado a partir de residuos naturales. En otras partes del mundo, el biocarbón ha demostrado que puede mejorar la fertilidad del suelo y, al mismo tiempo, ayudar a reducir los efectos negativos de las sustancias químicas en el medio ambiente.

La piña y el biocarbón

Costa Rica genera más de 10 millones de toneladas de rastrojo de piña como subproducto en cada cosecha — cada 18 meses —, por lo que el equipo del CICA decidió utilizar estos rastrojos para producir biocarbón.

Reducir el problema del rastrojo es fundamental, dice Chinchilla, porque el rastrojo ofrece un terreno fértil para la mosca de los establos, una plaga de insectos que está teniendo efectos devastadores en el ganado. (Si desea más información sobre la plaga de la mosca de los establos y cómo  el OIEA está ayudando a Costa Rica a controlarla, haga clic aquí).

Por conducto de un proyecto de cooperación técnica del OIEA iniciado el año pasado, expertos del CICA están empleando técnicas de base nuclear para comprobar los beneficios del biocarbón. Trituran el rastrojo de la planta de la piña a fin de producir biocarbón que los agricultores utilizarán en sus suelos. A continuación, los expertos aplican plaguicidas marcados con un isótopo radiactivo — carbono 14 (14C) — en parcelas de terreno, lo que les permite hacer un seguimiento del comportamiento de los plaguicidas. Gracias a esta técnica, también se puede averiguar si el biocarbón contribuye a que el suelo almacene más carbono, reduciendo de este modo las emisiones de CO2.

(Infografía: F. Nassif/OIEA)

Expertos del CICA también emplean fertilizante que, con el fin de rastrearlo, marcan con un isótopo estable — nitrógeno 15 (15N) —. Mediante esta técnica, prevén comprobar si la planta de la piña puede absorber fertilizante de una manera más eficiente si se cultiva en un suelo rico en biocarbón (véase la infografía anterior).

Reducir el uso de fertilizantes también puede ayudar económicamente a los agricultores.

“El fertilizante y los pesticidas son caros”, dice Donald González, productor de piña en Pital, en el norte de Costa Rica, en cuya finca se probará el biocarbón. “A veces tenemos que elegir: o come la planta o come la familia”.

Motivado por un creciente movimiento medioambiental y por la presión de los consumidores occidentales, Costa Rica ha establecido una estricta regulación para los productores de piña que prohíbe determinadas sustancias químicas y promueve prácticas sostenibles. El equilibrio al que aspiran todas las partes consiste en poder reducir el uso de fertilizantes y de plaguicidas y permitir, al mismo tiempo, que los agricultores sigan ganándose la vida y cultivando los productos que el mundo pide.

Donald González, productor de piña en Pital, en el norte de Costa Rica, en sus campos, donde los científicos llevan a cabo pruebas con biocarbón (Fotografía: L. Gil/OIEA)

Reducción de las emisiones de gases de efecto de invernadero

En su plan por convertirse en el primer país neutro en carbono para 2021, Costa Rica está buscando maneras de reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). Por medio del apoyo del OIEA y la FAO, distintos expertos están empleando técnicas nucleares para medir la cantidad de GEI emitidos desde el suelo, incluido el suelo mezclado con biocarbón, y determinar con exactitud la procedencia de estas emisiones.

“En nuestra transformación hacia una economía basada en el conocimiento, estamos realizando esfuerzos para desarrollar una agricultura y una industria sostenibles, aplicando para ello la ciencia y la tecnología”, señala Carolina Vásquez Soto, Ministra de Ciencia, Tecnología y Telecomunicaciones.

Según el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), la agricultura y los cambios en las prácticas relacionadas con el uso de las tierras suponen más del 24 % de las emisiones mundiales de GEI, un porcentaje que va en aumento.

“Reducir las emisiones de gases de efecto invernadero relacionados con la agricultura es clave para luchar contra el cambio climático,” dice Ana Gabriela Pérez, coordinadora del Laboratorio de Gases Efecto Invernadero y Captura de Carbono de la Universidad de Costa Rica, equipado por el OIEA en 2014.

Ana Gabriela Pérez, coordinadora del Laboratorio de Gases Efecto Invernadero y Captura de Carbono de la Universidad de Costa Rica, mide las emisiones del suelo en la Estación Experimental de Ganado Lechero Alfredo Volio Mata, en Costa Rica. (Fotografía: L. Gil/OIEA)

Las técnicas isotópicas pueden ofrecer información esencial sobre las fuentes y la cantidad de gases de efecto invernadero de origen agrícola, señala Mohammad Zaman, científico especializado en suelo de la División Mixta FAO/OIEA de Técnicas Nucleares en la Alimentación y la Agricultura. “Esta información proporciona a los responsables de formular políticas conocimientos suficientes para adoptar decisiones informadas sobre políticas nacionales e internacionales en materia de carbono, que determinarán en última instancia el futuro del planeta.”

Síganos

Hoja informativa